09 septiembre 2012

Diablo III, análisis final

Por fin, hoy me he pasado el juego con dos personajes, uno de ataque a distancia y otro de cuerpo a cuerpo. Voy a comentaros mis impresiones tras la “hazaña” .
LA DIFICULTAD.
En su día os comenté que el juego me estaba pareciendo facilón. He de reconocer que he conseguido que me maten unas cuantas veces antes de terminar el juego, pero soy consciente de que en general ha sido por no tener ninguna prudencia: al recibir experiencia adicional por masacres, destrucciones y golpes brutales, así como amortizar santuarios iluminados (avaricia, básicamente). La facilidad del juego es pasmosa especialmente una vez que juegas con segundos personajes que heredan los objetos que han dejado obsoletos los personajes de más nivel.
Esperaba que en el nivel pesadilla notase un salto, pero en absoluto: solamente me ha planteado un desafío la presencia de un grupo de campeones y un jefe con esbirros en medio de marañas de monstruos; el incremento de vida y pegada de estos grupos si se hace duro; no puedo decir lo mismo de los malos finales: es cierto que duran más y hacen algo más de daño, pero esto solo implica que tardas un poco más en matarlos. Siguiendo con mi línea avariciosa, siempre llevo objetos que tengan un altísimo valor de bonificador de experiencia, no los más poderosos… Ni me veo necesitado a cambiarlo.
He de reconocer que no me ha parecido muy descompensado un personaje frente a otro. Así, el malo final me costó eliminarlo a tiros, mientras que con el monje me duró dos tortas, mientras que me costó algo eliminar a enemigos con auras poderosas y que causaban mucho daño en cuerpo a cuerpo, cuando la cazadora de demonios los acribillé sin piedad.
El instalar el parche 1.04 ha hecho que la facilidad del juego pase a ser insultante, llegando a multiplicar por diez el daño de algún ataque especial.

EL ARGUMENTO.
Una vez pasado el juego, me reafirmo en lo poco original de la distribución del juego. Me parece que se han alargado artificialmente los actos (salvo el final, que al igual que ocurría en Diablo II, es más corto), si bien he de reconocer que el argumento tenía algo de gracia. Vale, no puedes hacer nada que modifique el final del juego, pero el juego tiene una trama, y los personajes tienen un trasfondo, por lo que si te aburres, puedes hablar con los esbirros, con los personajes secundarios… Incluso con el herrero y más! Al volver a comenzar el juego en dificultad normal, me voy fijando en diálogos que consideré triviales y que podían haber causado que hubiese deducido cómo iba a acabar el juego, pero me alegro de haberlos ignorado, para que no me hubiese chafado el “inesperado” desenlace.
PERSONAJES.
Después de haber hecho progresar a los personajes, me parece que se han hecho todos mucho más similares. No quiero decir que como ocurría en Diablo I todos los personajes se diferenciaban en poco más que en el valor máximo que podían alcanzar sus atributos, pero sí que puedes hacer que se parezca bastante el estilo de juego de los diferentes personajes: que si tienen ataques que ralentizan, que si desapareces, que si aturdes. Al final, casi todos pueden invocar compañeros de una forma u otra, el lanzamiento de arma del bárbaro tiene unas posibilidades que hacen que parezca un personaje de disparo, ¡y puedes hacer que el mago en vez de disparar vaya al cuerpo a cuerpo!
Volviendo al tema de personalización de los personajes, me parece un poco ridículo el concepto de atributo. Recordemos que una subida de nivel da dos puntos a vitalidad, 3 al atributo principal y un al resto. El atributo principal se suma al daño que causa un personaje, un punto de vitalidad equivale a 20 de vida, por lo que, podrían haberse limitado a decir subes la vida, aumenta tu daño base y punto.
En cualquier caso, el gran acierto son las posibilidades que te da el escoger tus habilidades: ya no “desperdicias” puntos en habilidades que resultan ser inútiles, y puedes escoger la habilidad que mejor se adapte a la situación (básicamente: malo final o muchos malos).

OBJETOS.
Si en la revisión anterior que hice al juego elogié la capacidad del herrero para crear objetos, debo admitir que no era para tanto. Las armaduras tienen un poco más de recorrido, al igual que las armas genéricas. No puedo decir lo mismo de las armas específicas (puño de monje, ballesta de mano, varitas, mojos).
Sin embargo, me parece que la compra de objetos a los mercaderes es mucho más operativa. Los objetos son adecuados al nivel del personaje, y el hecho de que haya varios mercaderes por acto nos asegura la existencia de género.
Por último, en nivel pesadilla comienzan a aparecer objetos con resistencias elementales y al daño físico.
Me ha resultado muy curioso como se ha controlado el progreso del joyero y el herrero: en el nivel normal, pagas, pero yo he llegado a un punto, (jugando con todas las clases a la vez, y por tanto acumulando mucho oro) en el que has ampliado al máximo el alijo, y te sobra dinero. Pues bien, en el nivel pesadilla se hace necesario el uso de recetas, un nuevo objeto que dejan los monstruos para enseñarles; poco más adelante, necesitas incluso una receta para crear cada uno de los objetos/gema más poderosos (ya he podido comprobar que en pesadilla hay dos niveles de gemas por encima de “perfecta”), y ahora mismo me piden libros para seguir progresando. Todavía no me han dado ninguno, supongo que para dificultad infierno.

ALGO MÁS.
En esta edición, Diablo cuenta con cuatro niveles de dificultad. He de agradecer que la muerte en el segundo nivel no me haya quitado experiencia ni oro, lo que era muy doloroso en su predecesor, pero con todo, considero que daba bastante miga al juego; ya veremos si esto cambia más adelante. De momento, la muerte sólo te hace perder durabilidad de tus objetos, pero el importe de esto es ridículo, comparado con los palos de Diablo II, así como el coste de pociones.
Para hacer un poco más interesante pasarse los niveles de dificultad, contamos con una laaaarga lista de logros. Es cierto que muchos son del tipo derrotar a tal monstruo en nivel muy difícil, pero los hay muy simpáticos y variados. Echando un vistazo a la lista de logros, compruebo gratamente que hay todavía multitud de misiones secundarias que no he descubierto.
Todavía me queda pendiente probar el multijugador, a ver si me animo. Lo otro que me queda pendiente es meterme en el nivel secreto… ¿De la vaca?

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