Wild Life narra las peripecias de un gamberro al uso, Tessho Iwashiro, que gracias a su oido prodigioso y a su enorme respeto a los animales, además de su enorme corazón latente, se convierte en veterinario casi por accidente. A partir de ahí ingresa en una clínica veterinaria muy especial, donde pasa al departamento Wild Life, dedicado a aquellas especies de animales "no tan comunes" (vaya, nada de animales domésticos).

Gráficamente la serie cumple, el diseño de personajes quizás no resulte demasiado atractivo, pero el autor tiene bastante personalidad en este aspecto -aunque en algunos diseños, especialmente los de las protagonistas femeninas, quizás desmerecen al conjunto-. Los animales resultan simplemente kawaiis (especialmente la mascota del protagonista, Chucho) sin perder ese toque de realismo del todo.
Wild Life contó además con una adaptación a imagen real que tuvo un trágico incidente, que fue determinante en la cancelación de la serie: fallecieron dos jirafas en el lugar de la filmación, al parecer provocada por la separación de dos jirafas, madre e hija, hecho que desembocó en estrés por parte de ambas y provocó, supuestamente, su fallecimiento (son hechos que resultan paradójico en contraste con el carácter del protagonista del manga), y que provocó que la serie no se llegase a estrenar.El manga consta de 26 tomos, y al parecer de forma contraria al autor: fue cancelada, por motivos desconocidos. Pero aún así merece la pena acercarse al mundo de Wild Life, a fin de cuentas, lo importante en una historia, es lo bien que te lo pasas con ella o lo que te aporta, no lo bueno o malo que sea su final.