Moribito es una serie de 26 episodios de Production I.G y dirigida por Kenji Kamiyama (Ghost in the Shell: Sand Alone Complex). Editada hace algún tiempo por Selecta Visión, en un pack integral con 6 DVDs por 29,99€. En su momento vi el primer episodio y me pareció lenta, así que la dejé para verla más adelante. Entonces era una persona muy diferente, más nerviosa y mucho menos madura que ahora.
Es cierto que puede pecar de lenta y podría tener más acción, pero precisamente por eso también es una serie diferente a la mayoría de los animes, más profunda, con un argumento más elaborado, y para disfrutar con calma. Y sobre todo tiene un enorme nivel visual, especialmente en el diseño de fondos y paisajes.
El diseño de personajes es de Gato Aso, dibujante de Jin: Seirei no Moribito Gaiden, un manga paralelo centrado en el personaje de Jin, publicado en 2008. La preciosa banda sonora es de Kenji Kawai, incluida la canción tradicional del episodio 25, titulada Naaji no Uta. Se nota su estilo épico en los temas de suspense y combates, y sorprende la delicadeza en los temas de los momentos tranquilos. Debajo tenéis una muestra de su doblaje en castellano, con uno de los épicos temas de Kawai de fondo durante un combate, y después un tema más tranquilo.
El opening, que tenéis más arriba se titula Shine (Brillo) con letra de hyde, música de tetsu, interpretado por L'Arc en Ciel. Es bonito pero en mi opinión no termina de encajar con el espíritu de la serie, como si le faltase algo.
Encaja más el ending Itoshi hito e (A la persona querida), escrito, interpretado y compuesto por Tainaka Sachi.
La serie adapta fielmente la primera de la saga de novelas Seirei no Moribito (El guardián del espíritu) publicada en 1996 por la Editorial Kaiseisha, que vendieron más de 400.000 ejemplares. Recibió muchos premios como el Premio de literatura infantil Noma, Premio de literatura infantil Sankei, Premio de literatura Sazanami, o el premio de Nippon Broadcasting System. Excepto los episodios del 7 al 18 que son originales de la animación con el fin de ampliar la parte central de la novela, permitiendo conocer mejor a sus personajes secundarios.
Su escritora Nahoko Uehashi rechazó varias proyectos hasta que Kenji Kamiyama la convenció gracias a su trabajo como director de la serie Ghost in the Shell: Sand Alone Complex. Moribito ganó el premio especial del jurado dentro de la categoría de animación en la 11 edición del prestigioso Japan Media Arts Festival.
La protagonista es una guerrera llamada Balsa, que sin quererlo se convierte en la guardaespaldas del joven Chagum, príncipe del Reino de Nuevo Yogo. El emperador y sus soldados quieren asesinarlo convencidos de que está poseído por un espíritu demoníaco, pero en realidad en su interior está la semilla del futuro de todo el reino. El misterioso pasado de Balsa y de su promesa los descubrimos en los episodios 21 y 22 en los que explica parte de su infancia, algo que daría para una serie propia (sobre todo su adolescencia y sus trabajos anteriores a este).
Destacar que se trata de un mundo ficticio con su propia mitología, pero que guarda algunos parecidos con el Japón feudal. Sorprende la evolución de Chagum, que no es el típico noble mimado y repelente, aunque sí es delicado sobre todo al principio, pero con el tiempo demuestra ser muy inteligente, y poco a poco va creciendo y madurando.
Durante muchos años, a través de innumerables batallas, Balsa ha sobrevivido. El perverso rey Rogsam intentó asesinarla cuando solo tenía seis años. Ocho guerreros la persiguieron durante la larga huida posterior. Pero su mentor, Jiguro, la protegió hasta el día de su muerte. Cuando se quedó sola en el mundo, Balsa se convirtió en guardaespaldas errante para ayudar a aquellos que se ven amenazados por algún peligro. En esta nueva aventura, Balsa regresa a su país natal, Kanbal, con la esperanza de ver a la familia de Jiguro, y a la suya propia, por primera vez en muchos años. Pero alguien en la sombra no está dispuesto a que Balsa saque a la luz la conspiración que cambió a su vida. Y es que los culpables, siguen vivos.
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